Lo conocí como muchos suelen hacer, por medio de una red social...

Lo conocí como muchos suelen hacer, por medio de una red social, y no... no sabía como era, ni de que color era sus ojos ni su piel, tampoco el tamaño de sus labios ni la forma de su sonrisa, simplemente transcurría el tiempo en mensajes que, hacía que desapareciera, haciendo eterno el momento.
Sé que le agradaba, por que además de hacermelo saber, podía comprobarlo con el tiempo que pasabamos ya que era largo (¿o acaso alguien pretende estar acompañado de alguien que no es del agrado?), los minutos se conviertieron en horas a su lado, hablando de todo y de nada a la vez (tal como me encanta).
Su amistad me encantaba pero no sé si mi compañia lo hechizaba, solo sé que dimos un paso más, sin planearlo, sin buscarlo, simplemente ahí estaba lo mágico de un instante inespirado, y es que nadie hablaba de amor, pero hubo un poco más, algo que era nuestro y que nació sin obligación.
Pero quien iba a decir que las cosas cambiarían y que las hermosas senciones que me hacía sentir se convertirian en un vacio justo ahí; donde está nuestro corazón, que mis ojos sentirían la necesidad de llorar (aunque confieso que hace mucho decidí no hacerlo y no será la excepción) y que ahora serán tan solo recuerdos que no se si permanecerán por la eternidad.
Pasa que, llegó el momento, él decidió mostrarse y pensé debía hacer lo mismo, pero tan solo con eso; la magia se apagó, y sí, así lo siento, fue tan solo por mostrarme tal cual soy, y lo siento... si lo siento por no ser bella a sus ojos y es que la belleza de cada uno siempre... siempre estará en aquella mirada que nos observa, y qué puedo hacer si no halló belleza en mi, si basto más un físico que aquellos momentos que juntos solíamos disfrutar.
No estoy rota (o quizás si; pero no lo quiero reconocer), estoy dolida por que se fue sin decir adiós, sin explicarme la razón de esté repentino alejamiento, y es que tan si quiera intentó conservar la amistad, por que simplemente ya no iba a disfrutar las noches que se volvían madrugadas a mi lado, por que ahora miraria un rostro que no lo tiene hipnotizado.