¡Que suerte la tuya!...

¡Que suerte la tuya!
Ella te mira y en sus ojos pareciera que brillan todas las estrellas del vasto universo.
Por sino lo has notado en sus labios se pinta la sonrisa más bonita que brota de su alma.
Y aunque ya no cree en cuentos de hadas por ti se despierta de madrugada, y sueña... sueña despierta, pide en silencio que tus ojos la miren y así sentirse perfecta.
Y créeme es perfecta, 
solo que quien estuvo antes de ti
se encargó de romperla en pedazos,
le robó el brillo de su alma
y le cortó sus alas.
Pero te lo juro es perfecta.
Tiene la dosis justa de locura que se necesita para no morir sin ilusiones.
Es dulce como la miel, pero también destila veneno.
Ya no le da miedo romperse, ella aprendió a cómo rearmarse, y cuando se estaba reconstruyendo fue dándole color a cada uno de sus pedazos.
Ten cuidado...
ella es el demonio que puede corromper hasta la más buena de las intenciones.
Pero te sacará del abismo las veces que sea necesario sin pensarlo dos veces.
Solo debo advertirte una cosa, cuando ella decide irse, no hay poder humano que la haga dar marcha atrás.
¡Que suerte la tuya!
Que sin pedir nada a cambio, eres su universo.